8 de diciembre de 2009

Entrevista a Joseph Fiennes

¿Cuál fue su reacción cuando leyó el guión?


Me sorprendió la audacia con que está escrito y su carácter épico. Lo que me atrajo es la yuxtaposición de la catástrofe global que está ocurriendo, el drama particular que viven los personajes de la historia y el dilema moral al que se enfrentan tratando de aceptar o no su destino. Enseguida supe que iba a ser algo muy especial.

¿Qué sabe de la evolución de su personaje en próximas entregas?

Esta es mi primera experiencia televisiva y lo que he aprendido hasta ahora es que trabajar en una serie es como pintar en un lienzo en blanco y tener solo un boceto de una idea sobre cómo interpretar a tu personaje. No sabes nada de lo que le va a ocurrir en el futuro, todo está en manos de los guionistas, que van creando y cambiando cosas continuamente. He tenido que readaptar todo lo que había aprendido como actor en lo que se refiere al método que he venido usando toda mi vida.

¿Y cómo le ha sentado el cambio?

De momento está siendo muy estimulante, cosa que no esperaba.

Lo que sí se sabe es que morirá, pero ¿hay posibilidad de que pueda cambiar su destino?

En el segundo episodio mi personaje quema una pulsera que le regaló su hija, algo que sabía iba a suceder. Eso quiere decir que ya está participando en el cambio de su destino. Ya sabe que su vida familiar se va a desintegrar y está tratando de prevenirlo, luchando para evitar lo malo por que está por venir.

¿Qué opina de esta tendencia apocalíptica que estamos viendo ahora, tanto en el cine como en la televisión?

Creo que va por épocas. Todas las generaciones, en la historia de la Humanidad, se han cuestionado la propia mortalidad, sucede en el momento de una gran guerra, como fue la primera guerra mundial, o en circunstancias como la que estamos viviendo en estos momentos, con el calentamiento del planeta. Luego están las catástrofes naturales, que se presentan casi sin avisar y que nos provocan miedo y confusión. Estas nos hacen reflexionar, entender y aceptar nuestra mortalidad. No creo que haya habido ninguna generación que no haya sido testigo, de una forma u otra, de una catástrofe mundial. En la mía, puede haber sido el 11-S. Creo que esta serie es especialmente interesante porque une al mundo en este teatro de la mortalidad y eso es siempre algo fascinante de ver.

¿Si pudiera echarle un vistazo a su futuro, que le gustaría ver?

Me gustaría ver esta serie creciendo en calidad y en audiencia y yo trabajando en ella, por lo menos los próximos seis meses, porque he tenido que sacrificar muchas cosas por este trabajo, entre ellas, mi casa de Inglaterra, mi familia y mis amigos.

¿Otro cambio importante en su vida ha sido su reciente matrimonio con una española?

Sí, me siento como si estuviera en el Programa de Protección de Testigos (ríe). Tengo esposa, casa nueva, coche nuevo, nueva cuenta en un banco, nuevo número de teléfono y me paso el día metido en la piel de otra persona. Es un cambio colosal en mi vida, pero el más importante, sin duda, es el de mi matrimonio con María Dolores. Ella también ha tenido que sacrificar el no estar junto a su familia y amigos, por estar conmigo en esta nueva aventura.

¿Dónde la conoció?

En Italia, donde María Dolores estudiaba Arte. Para conseguir que me diera el sí, le tuve que convencer de que era el hombre perfecto para ella y le prometí que aprendería español y luego gallego, porque ella es gallega. Estoy en ello, pero me temo que me va a llevar un largo tiempo aprenderlo.


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